El chef panadero Christian Hackl es el creador de estas panaderías. Fue entrenado en uno de los más tradicionales y reconocidos establecimientos en Austria, Kurkonditorei Zauner. Trabajo por diez años en varios restaurantes importantes de su  país y en  2001 emprendió su primer Hackl en México en la ciudad de Puebla donde hoy tiene ya tiene seis panaderías, además de una en Oaxaca, otra en Guanajuato, una más en Estado de México y para los chilangos una en la zona de la Condesa.

 

El pan que hace es artesanal, cada ingrediente es cuidado y tiene un propósito, no hay rellenos de paquete, las frutas con las cuales preparan las tartas son frescas y locales.  Todo se hace en hornos llamados refractarios, que se asemejan a los hornos en los cuales hace dos mil años los romanos cocinaban sus panes. El resultado se refleja en que sus panes tienen una corteza crujiente y un centro esponjoso perfecto.

 

Los panes dulces varían todos los días, aunque normalmente siempre hay cuernitos, Pain au Chocolate (chocolatín), al cual nos encanta calentarlo antes de comerlo, y las banderillas que son de otro mundo, su sabor entre mantequilla y caramelo es para chuparse los dedos, junto a un buen té o café orgánico que venden allí mismo no hay mejor forma de empezar la mañana.

 

Tienen unas tartas totalmente apetitosas, no se pueden perder la de cerezas negras son realmente sabrosas. Para satisfacer nuestros antojos tienen unas porciones individuales de las diferentes tartas, así de una sentada podemos probar varios sabores diferentes.