En nuestras Panaderías se practica la panificación con levadura natural y se utilizan harinas de diversos cereales. El ingrediente principal es la masa madre, una mezcla de agua y harina en la que se propicia el crecimiento de las levaduras que habitan en el ambiente, y que hay que alimentar para elaborar pan nuevo.

 

Gracias a estos microorganismos, el pan es de fácil digestión; la costra se vuelve más crujiente, al interior es aireado y suave, y posee un aroma y un sabor característicos. Además, se mantiene fresco por más tiempo y tiene una vida más prolongada.

 

Nuestros panes dulces y salados (las conchas, el pan campesino, los chocolatines, la focaccia, el rol de canela, los bollos y las baguettes, por mencionar algunos) se elaboran mediante procesos manuales —la única maquinaria empleada son los hornos y las batidoras—.

 

Para acompañarlos, ambos locales cuentan con café, té, jugos y otras bebidas, además de sándwiches, desayunos y productos artesanales —como granola y mermeladas— que se pueden llevar o consumirse en el lugar.

 

El café que servimos proviene de pequeños productores mexicanos, que cuidan con esmero cada una de las etapas de producción, lo que los ha llevado a obtener reconocimientos internacionales por la calidad de sus granos.